30 enero, 2012

Más allá de la escalera


Desde el mismo día que comencé a tener noción de su existencia, cuando sólo contaba cuatro años, la temí. Al principio lo achaqué al desproporcionado tamaño de sus escalones, pero ahora entiendo que era yo quien no levantaba más de unos palmos del suelo. Era un terror irracional, sin causa justificada, y no tardé en decidir tomar cartas en el asunto, aunque siempre a mi modo.
En aquel momento tomé la determinación: cada año ascendería un peldaño, alejándome un poco más de la seguridad de la planta baja, para acercarme hasta la puerta que vislumbraba en su cumbre, entre las sombras que las lámparas no consiguen despejar.
Hoy, en el día de mi vigésimo quinto cumpleaños me hallo en lo más alto de la escalera, y cuando miro hacia atrás, tengo conciencia de los años transcurridos, de las interminables noches dando vueltas entre las sábanas, incapaz de hacer frente a las pesadillas provocadas por lo desconocido que me aguarda al otro lado de esta puerta.
Tomo aliento, retengo la respiración, giro el pomo ya oxidado; la puerta gira sobre sobre sus goznes; no hay vuelta atrás.
Al otro lado me aguarda una habitación vacía, con paredes descarnadas y un insoportable olor a humedad.
Me siento defraudado; esperaba más de mis miedos infantiles.

Texto: Juan José Tapia Urbano
Ilustración: Verónica Cabanillas Samaniego
Técnica: Tinta líquida negra sobre canson blanco
Narración: La Voz Silenciosa

6 comentarios:

  1. El miedo crea fantasmas. Las pesadillas infantiles que nos persiguen hasta que somos capaces de afrontarlas.
    Me ha encantado el aire de cuento gótico.
    Si me lo permites, yo lo dejaría en "no hay vuelta atrás".
    Al menos, así es como termina para mí tu historia. No necesito saber lo que hay detrás de esa puerta, prefiero mantener el aliento contenido.
    En cualquier caso, me ha gustado mucho.

    La ilustración de Verónica Cabanillas añade un plus. Enhorabuena a los dos!

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  2. Enhorabuena. Leí el texto y al escribirte esta opinión veo que te iba a poner algo muy parecido a lo que ha comentado Ana. Ese "no hay vuelta atrás" hubiera rematado el texto de manera magistral. Muy bien llevado de principio a final.

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  3. Buen texto, bien creado el clima en el que introduces al lector. En muchas ocasiones el miedo, al final es solo miedo, o sea nada.

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  4. Impresionante... la imaginación no tiene límites, no veas los fantasmas que veía cada noche en la pared de mi habitación incapaz de moverme, uf, aún siento escalofrios solo de recordarlo,un relato genial, me ha encantado, saludos.

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  5. Gracias a todos por vuestros comentarios.
    Lo de dejar el relato en "no hay vuelta atrás" me recuerda que a veces, menos es más.
    Un abrazo.

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  6. Que buen texto el que nos compartes, realmente admirable lo que haces.

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