12 abril, 2012

Secretos


Chispa las encontraba todas. Su dueño lo había amaestrado con enjundia. Salían cada día a las cuatro de la mañana. Iban siempre por diferentes caminos porque el viejo receloso desconfiaba de todos en el pueblo. Ni siquiera sus hijos sabían los lugares. Una vez allí, en el trufero, soltaba al perro y le restregaba las trufas por el morro para que buscara. El animal se volvía loco. Jadeaba y olfateaba la tierra. El viejo se acercaba y con un pequeño azadón escarbaba entre los cantos y las raíces hasta encontrar el tesoro. Llevaban muchos años juntos y Braulio pasaba con Chispa más tiempo que con su mujer.
Aquel año Chispa andaba enfermo. Cojeaba y se equivocaba cada dos por tres. En el trufero ya no era capaz de dar con los sitios. Braulio escarbaba allí donde el perro olisqueaba pero a menudo no encontraba nada.
Por la navidad el perro ya no se levantó. Braulio no se movía de su lado hasta que no pudo soportar más y se iba solo al campo. Se tiraba al suelo y acercaba las narices a la tierra convencido de haber aprendido del perro. Escarbaba desesperado pero sólo encontraba piedras y algún topo muerto.
Volvía a casa derrotado. Rendía visita a Chispa antes de irse a dormir que le miraba con los ojos húmedos y que guardaba silencio. Chispa no sobrevivió el invierno. Braulio no llegó al verano.

Texto: Mei Morán
Narración: La Voz Silenciosa
Más relatos "Con un par de narices", aquí

10 comentarios:

  1. Hay compañías que tienen ese doble filo de su existencia, no poder dejar de existir. Hay compañías que justamente no pueden dejar de acompañarse.

    Muy tierna historia, y conmovedora en su final.

    Un abrazo, felicitaciones.

    ResponderEliminar
  2. Tu capacidad creativa, Sara, es asombrosa. Tres micros tan distintos, con la misma excusa. Aquí la ternura, aunque un poco matizada por el afán un poco ávaro de encontrar las trufas.

    ResponderEliminar
  3. Este texto me ha emocionado. Mucho.
    Muy bueno.

    ResponderEliminar
  4. Seas Sara o Mei (que creo más que sea esta última), me encanta esa Chispa con ojitos de abuelita. Precioso.

    ResponderEliminar
  5. Este texto no es mío, pero me hubiese gustado escribirlo a mí. Excelente y muy emotivo.
    Enhorabuena a su autor/a.

    ResponderEliminar
  6. Al César lo que es del César. Su autora es Mei Morán.
    Un error que ha sido subsanado. Gracias por el apunte. En una convocatoria con tanta concurrencia resulta complejo manejar tantos frentes.

    ResponderEliminar
  7. Un texto emotivo, bonito y cuidado. Me gustan Mei tu Chispa y su Braulio.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  8. Gracias a todos por vuestros calurosos comentarios.
    Soy Mei como bien aclara el equipo de la esfera.
    Un saludo efusivo

    ResponderEliminar
  9. Aclarado. En todo caso, Mei, tu texto me sigue gustando tanto como cuando el abajofirmante era otro. La ternura y el afán por encontrar trufas siguen estando muy bien.

    ResponderEliminar
  10. Mantener una relación estrecha con un animal crea lazos muy fuertes, irrompibles, para toda la vida. Pasa como con las personas. Un abrazo, un micro muy emotivo.

    ResponderEliminar

Gracias por contribuir con tus comentarios y tu punto de vista.

Los componentes de La Esfera te saludan y esperan verte a menudo por aquí.

Ésta es tu casa.