Decidió visitar al psiquiatra después de un año y medio —mes arriba o abajo—, porque la preocupación se había convertido en angustia que le impedía conciliar el sueño. Debía ser el mejor psiquiatra de la ciudad, si la calidad se puede medir por el importe de la minuta.
—Le escucho —se limitó a decir el doctor, como si quisiera acabar antes de haber empezado.
—Verá, tengo un problema con las mujeres. Cuando me gusta una, y yo le gusto a ella, los comienzos son potentes y prometedores, pero desde hace más de un año no consigo que las relaciones me duren más de dos o tres días.
—¿Y cuántas ha iniciado?
—No menos de cuarenta, quizá cincuenta…
Tras media hora, más o menos, de preguntas y respuestas se despidieron.
Mientras abandonaba el céntrico y lujoso edificio donde tenía la consulta, iba despotricando contra la terapia propuesta como primer paso para eliminar el problema. El psiquiatra no había prescrito ningún medicamento. Según él, el problema era de otro tipo.
—¿Por qué no prueba a dejar de escribir microrrelatos?
Texto: Amando Carabias
Narración: La Voz Silenciosa
¡Cuantas cosas son atribuibles a los microrelatos!¿Cuanto nos hacen disfrutar y en ocasiones sufrir? Tanto como lectores, como escritores. Es un género que me gusta.
ResponderEliminarPienso que el psiquiatra lo volverá a tener pronto en su consulta, pues si ahora el problema que tiene es que sus relaciones apenas le duran unos días, si sigue su prescripción, el nuevo problema será que no tendrá ninguna relación nueva.
Ja,ja, FranCo; tú sí ya ves el nuevo problema! Yo sigo admirando los microrrelatos. Hay que tener un ingenio y un don especial. Este, sin ir más lejos lo deuestra, Amando. No vayas al psiquiatra, escribe!
ResponderEliminarBesos, besos y besos (exposición, nudo y desenlace)
Amano: me ha gustado. Por favor, no frecuentes a los psiquiatras. Convengo con Isolda que lo mejor es que sigas escribiendo microrelatos. Un abrazo.
ResponderEliminarAmando ¿Eres consciente de que has dado la fórmula perfecta a los promiscuos/as? En adelante los veremos a todos/as escribiendo microrrelatos; o visto de otra manera, en lo sucesivo vamos a pensar que los autores de microrrelatos son todos unos ligones de esos que usan y tiran.
ResponderEliminar¡Todo podría ser!
Y ahora, fuera de bromas, felicidades por la idea y lo bien que la expresas.
Me ha encantado ese paralelismo entre la necesidad de escribir algo de usar y tirar, corto por necesidad, y los amoríos efímeros.
ResponderEliminarCompulsivo, adictivo, estimulante. Como tu relato.
Ya se sabe Amando...lo decía Gracián "lo bueno...si breve...".
ResponderEliminarNo creo que un amor duradero y escribir micros esté reñido, pero a mí me has hecho sonreír con el planteamiento...así que...¡gracias!
Saludos!
¿Este psiquiatra nos condena a leer culebrones?
ResponderEliminarUna idea muy divertida la tesis de tu microrrelato, Amando.
Jaja, buenísimo, un acierto de micro Amando.
ResponderEliminarMuchas gracias a todos por vuestras palabras.
ResponderEliminarMe alegra haberos provocado una sonrisa. :))
A veces tengo la impresión de que vivimos en un mundo que confunde: brevedad con esencia, rapidez con ir al grano, liviano con soportable... Y algunas veces las modas pueden ser asumidas sólo en lo superficial, en la cáscara, y no en su esencia.
El matemático y divulgador científico Amir Aczel le explica a Punset en Redes (entre otras muchas cosas) que para encontrar la pareja ideal la ley de probabilidades dice que has de conocer treinta y cinco y luego elegir.
ResponderEliminarCon esos datos,daría para todo un libro de micros.
Muy buen relato Amando y un motivo para sonreir que siempre es de agradecer.
No me esperaba este final genial. Se te da la promiscuidad. Disfrutemos mientras podamos -como dicen los jardineros- esta nueva etapa tuya de ligón literario.
ResponderEliminarAbrazos
Gracias por este regalo, Voz Silenciosa. Hasta yo he sonreído y eso que sabía el final.
ResponderEliminarA ti Amando. A ti y a todos los que me permitís leer vuestros trabajos. Aunque pienso que, como decía mi padre, lo poquito gusta y lo mucho cansa. El día que así sea decídmelo y me iré a un psiquiatra yo también. Jajajaja Un abrazo a todos.
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