01 noviembre, 2012

En paz


Tras el brutal atraco a la finca de la sierra donde los Salazar pasaban el verano, Edma, la hija pequeña, permaneció escondida largo tiempo detrás de las cortinas del salón. Ella tenía mucho miedo. Se negaba a enfrentarse con la muerte que la aguardaba al otro lado. Allí continuó minutos que parecían horas, días que parecían meses, mientras que su atormentada familia se inventaba todo tipo de triquiñuelas para hacerla salir. No hizo caso de las teatrales súplicas de su madre, ni de los incesantes correteos de sus hermanos invitándola a jugar, ni tampoco del tono grave y severo con que la llamaba su apocado padre. Solo la criada  —que acababa de regresar de un par de días de asueto— pareció percatarse de su situación. “No tema m’hija, no tema”, repitió Jacinta con el rostro desencajado, al tiempo que apretaba en sus manos la cruz que colgaba de su cuello y salía presurosa a buscar ayuda. Poco después llegó el santero recitando a viva voz sus rezos. Cuando hubo terminado aquellos complejos rituales, Edma Salazar al fin sintió que la paz invadía la estancia y aceptó abrazar su destino, saliendo a la luz. Sus trenzas negras flotaban en el aire mientras corría, sollozando, hacia los policías que levantaban los cadáveres. “¡Se han ido!”, exclamó con un gritillo entre aliviado y doliente. “¡Se han ido!”.

Texto e ilustración: Sara Lew
Narración: La Voz Silenciosa

12 comentarios:

  1. Si la muerte es un misterio, para los niños es la sinrazón más dañina.

    ResponderEliminar
  2. La muerte es un estado del alma, incomprensible desde el punto de vista infantil o adulto. ¿Por qué debemos desaparecer? ...

    Edma, la figura de la niña en tu relato, representa todos los miedos que "escondemos" los adultos que también somos incapaces de asimilar la muerte como un tránsito de la propia vida.

    Es precioso, y me gusta esa forma de terminarlo, con esas palabras finales de "Se han ido", ambivalentes en el sentido del texto.

    Un abrazo Sara.

    ResponderEliminar
  3. Me gusta el tono entre tierno y tenso que mantienes.

    ResponderEliminar
  4. Un relato ambiguo, doliente. Que resulta más impactante al tratarse de una niña, al desarrollarse la trama a través de los ojos infantiles, de sus miedos.
    La imagen que lo acompaña aumenta la perplejidad, la inocencia y el terror de la situación, de la barbarie, del miedo.

    Un beso, Sara.

    (Una buena historia para este día de todos los santos).
    Amparo Martínez Alonso

    ResponderEliminar
  5. Lo mismo me confundo, pero yo aquí no veo ninguna metáfora (aunque pueda haberla debajo de todo, por supuesto): aquí veo una terrible historia de muerte y espíritus que solo pueden ser percibidos por la niña que asistió aterrorizada a su muerte y que también es la única que ve cómo esos espíritus al fin desaparecen.
    Sea como sea, me ha gustado mucho la historia y cómo está contada.

    ResponderEliminar
  6. Muy apropiada para la fecha y muy bien narrada, Sara.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Una tragedia que es vivida y sentida por la niña, y bajo su visión del suceso ha actuado.

    Muy bueno, escritora

    ResponderEliminar
  8. Miedo paralizante detrás de las cortinas, no es para menos; limpieza de almas en pena que no terminaban de irse y que sólo podía percibirlas un alma infantil. Me ha recordado a los grandes sudamericanos.

    ResponderEliminar
  9. Dácil Martín3/11/12, 10:23

    Me ha gustado también la manera de contar esta trágica historia.

    ResponderEliminar
  10. Dicen que los niños pueden percibir más, pero también sufren y callan más. Muchas veces se habla de los muertos en las tragedias, pero poco se dice de los supervivientes, del desamparo que les depara desde ese momento la vida.
    Cuando escribí el cuento me lo imaginé situado en sudamérica, como dice Ángeles.

    Muchas gracias por vuestros comentarios. Y también a La Esfera Cultural por tener la gentileza de publicarme el texto junto a su ilustración.
    Abrazos.

    ResponderEliminar
  11. Sí, Sara tiene esa cadencia de los grandes narradores sudamericanos. y me gusta la historia, realmente agustiosa y muy visual.



    Besitos

    ResponderEliminar
  12. Me gusta la narración y la ambigüedad manifiesta de sentimientos de la niña. Buen texto.
    Besos, Sara

    ResponderEliminar

Gracias por contribuir con tus comentarios y tu punto de vista.

Los componentes de La Esfera te saludan y esperan verte a menudo por aquí.

Ésta es tu casa.