08 diciembre, 2012

Fantasía


Soy un sillón. Se preguntarán ustedes perplejos cómo puede hablarles un objeto inanimado. Apelo a su imaginación y al hecho de que no soy un sillón cualquiera: soy un sillón de la Real Academia de la Lengua Española.

Recuerdo con absoluta nitidez los extraordinarios sucesos acaecidos en esta docta sala la noche previa a la llegada de la gran dama de cabellos blancos. Han quedado grabados en mí como si conformasen mi primera memoria. Comenzaba a anochecer cuando, de súbito, ante el asombro general de los sillones allí congregados, la sala se iluminó. La luz procedía de una inmensa torre vigía en cuyo centro resplandecían los ojos de una mujer con mirada de niña. Me faltan palabras para describir el maravilloso espectáculo que contemplamos merced a aquellos dos fantásticos focos. Reyes y príncipes de la Edad Media convivían con personajes que arrastraban lastimeros ecos de la Guerra Civil... Duendes, ogros y demás criaturas fantásticas correteaban por los pasillos, danzaban alrededor de nuestras patas, se apoyaban en nuestros respaldos... Tan pronto se escuchaba a la Bella Durmiente relatar con dulce voz su verdadero final, como se estremecían las paredes con el rugir de las olas golpeando las costas de Oiquixa... Oiquixa y, al fondo, el imaginario paisaje del Reino de Olar cobrando vida...

Soy el sillón K de la Real Academia de la Lengua Española y, desde 1996, gozo del privilegio de acoger en mi seno a doña Ana María Matute. Gracias a ella tengo la facultad de hablarles hoy con la certeza de que mi voz es tan real como la existencia de las hadas.

Texto: Nuria Rubio González

9 comentarios:

  1. He oído que la RAE va a cambiar todos los sillones actuales por uno de diseño. Si te van a tirar a la basura, ve a casa de Amando Carabias, también tiene un buen sentar.

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  2. Lindo relato, poniendo voz a tan ilustre sillón, que recibe también a tan ilustre dama.

    Felicitaciones Nuria.

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  3. Me encanta la letra k, qué agradable debe de ser sentarse en ella, seguro que se desbocan todas esas fantasías. Creo que me voy a apuntar a alguna jornada de puertas abiertas y sillones dispuestos.

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  4. Curioso relato, darle vida a un objeto es una habilidad que sólo se puede concebir de un sillón de la Real Academia. Enhorabuena.

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  5. Cuántas cosas podrían contar esos sillones!
    Que hayas escogido precisamente el sillón K me evoca tantos buenos ratos.
    Gracias!

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  6. Gracias a La Esfera Cultural -y, en particular, a Amando Carabias- por la publicación de este pequeño homenaje a Ana María Matute.

    Mi sincero agradecimiento a tod@s por tan amables y generosos comentarios.

    Saludos.

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  7. Un homenaje a una figura de la categoría de Ana María Matute requeriría un escrito de mayor extensión de la que aquí se dispone y, por supuesto, una pluma más hábil que la mía.
    Desde el respeto y la admiración a la académica, he elaborado este brevísimo texto de ficción en el que, dando voz al sillón que ocupa en la RAE, he aludido -directa o indirectamente- a una mínima parte de su producción literaria. He pretendido, sobre todo, reflejar la enorme capacidad de fabulación de la escritora catalana.

    No se me ocurre mejor manera de despedirme que recurrir a las palabras de la propia Ana María Matute: "Siempre he creído, y sigo creyendo, que la imaginación y la fantasía son muy importantes, puesto que forman parte indisoluble de la realidad de nuestra vida." ("En el bosque", Discurso leído el 18 de enero de 1998 en la Real Academia Española)

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  8. Es que Ana María Matute es una de mis debilidades.

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  9. ... Y de las mías también, Amando.

    Un saludo y gracias de nuevo.

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