10 noviembre, 2013

¿El final de la “titulitis”?

Lo importante no es lo que sabes, sino lo que haces con lo que sabes”. Hace muchos años escuché esta frase y la he tenido como bandera. No sé a quién atribuírsela, pero creo, que en los tiempos que corren, tiene una gran importancia.


titulación, títulos, empollones,
La relativa importancia de la titulación académica
Durante mi trayectoria profesional, como empresario y directivo en muchos proyectos, he podido comprobar lo certera que es la frase.

Siempre he seleccionado en mis equipos de trabajo a grupos mixtos. He tenido gente a mi lado con titulación y carreras (publicistas, abogados, diseñadores, programadores, licenciados en empresariales...) y personas sin titulación. Y en gran parte de los casos, el rendimiento, los objetivos, la solución de problemas, la búsqueda de nuevos caminos y las ideas más brillantes han llegado de la mano de personas sin titulación para el puesto que desempeñaban.

¿Cuáles pueden ser los motivos?

1.- Pasión por lo que hacen.
Creo que es el verdadero motor. Un informático autodidacta hace de su trabajo su pasión. No sacó su titulación por la presión de sus padres ni a base de sacrificios. Se siguen
formando e investigando. No considera su formación concluida con el título.
Casi todos los artistas relevantes son autodidactas y vocacionales. En este campo, el artístico y de la creación, las academias te encorsetan.

2.- Deseos de demostrar y estar a la altura.
Hasta la fecha, las contrataciones de los candidatos, sobre todo en la Administración Pública, estaban cimentadas en la titulación. Cuando en un grupo de trabajo existen individuos sin titulación o méritos, tienen diariamente que demostrar su valía. Los individuos con titulitis se escudan en su diploma.

3.- Son personas multifuncionales.
Todos conocemos a personas y profesionales que los sacas de su ámbito profesional y son unos verdaderos ineptos. Que se lo digan a muchas esposas que pretenden que su marido coloque en casa un cuadro y no saben ni enchufar taladro.
Las personas que no viven de las rentas de su titulación, habitualmente, son capaces de enfrentarse a más campos y a más frentes. Son los clásicos "buscavidas". Aunque posiblemente lo hacen con menos precisión y destreza, pero actualmente en las empresas y en los proyectos lo que demanda la coyuntura son los hombres/mujeres orquestas.

4.- Solvencia de las titulaciones académicas.
Este punto podría ser el debate completo. Todos sabemos y hemos oído hablar como se obtienen algunos títulos, y más, en algunos centros privados. Recuerdo cuando compré el titulo de Agente de la Propiedad Inmobiliaria sin asistir a clase. Me hacía falta para un proyecto y jamás utilicé. Me pasó igual que cuando en bachillerato me enseñaron las derivadas y las integrales. Jamás las he necesitado. Se aprenden muchas cosas innecesarias.


Resumiendo:
Hace poco Romario (ex-futbolista brasileño) aseguraba que Messi sufre el síndrome de Asperger. Creo que es un poco exagerado, pero pienso que todas las personas que destacan en sobremanera en alguna actividad, suelen tener muy poca capacidad para desarrollar otras.

Volviendo al inicio del artículo, lo importante es lo que hacemos con lo que sabemos, que puede ser poco. Aunque muchos se jacten de saber mucho y de poseer grandes titulaciones y luego no desarrollan nada destacable.

En el mundo de la información y la tecnología que nos ha tocado vivir, empieza a ser absurdo memorizar todo el conocimiento. Creo que los ganadores en esta batalla serán aquellos individuos que sepan manejar de forma eficiente dicha información. Que tengan claro y manejen de forma eficaz y competente el infinito conocimiento que podemos “casi” llevar puesto encima. Vivimos conectados. Todos llevamos ya una segunda piel en formato de tableta o de smartphone y podemos procesar la información y el conocimiento de forma inmediata.


Hay una frase que también circula por las redes que dice: "Lo importante no es saber, sino tener el teléfono del que sabe". Podríamos cambiarla por “Los vencedores serán aquellos que apliquen mejor y más rápido la información y el conocimiento que llevamos en nuestras tabletas.”

¡Se me olvidaba! ¿Sabes de quién es la frase con la que inicio el artículo? Algunas fuentes apuntan al budismo. 

Hasta el próximo Editorial del domingo. Nos leemos.
Artículo: Francisco Concepción

8 comentarios:

  1. Excelente escrito. Dicho sea por un autodidacta de carrera.
    La frase pudiera ser de Lao Tse.
    Saludos,
    Rafael

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  2. '...el infinito conocimiento que podemos "casi" llevar puesto encima'.
    Aunque no lo creas, te sirvió de algo saber de derivadas e integrales.

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  3. ¿Para qué quieres saber quién lo dijo?¿Lo consideras necesario?
    El Hombre es Hombre gracias a la curiosidad ("altruista") de unos y el aprovechamiento del resto. La Comunidad se estanca o se extingue cuando todos saben lo mismo.

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  4. Hay títulos vacíos y titulados más vacíos aún. Sin embargo, la formación siempre aporta.
    Si la sabes utilizar.

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  5. Por suerte la titulitis está siendo erradicada. Un título es útil e importante, pero no otorga ni sabiduría, ni competencia. Tanto titulados como empleadores habían sobrevalorado la titulación y el academicismo. Firma este comentario un autodidacta, adicto a los talleres y cursos sin validez académica, aunque de valor incalculable para lo que de verdad importa.

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  6. Por cierto, muy buen post, se me olvidó comentarlo.

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  7. Yo creo que "la titulitis" no está siendo erradicada, si no todo lo contrario.
    Cada vez piden más y mas titulaciones para poder trabajar.
    Os pongo un ejemplo claro: Yo trabajo de cuidadora en una residencia de personas con Discapacidad Intelectual.
    Lo mio es puramente vocacional. Sí, me saqué una pequeña formación que me ayudó a entrar a trabajar donde estoy ahora.Llevo ya 5 años allí y lo que más me gusta, a parte de estar con la gente a la que cuido, es que cada día aprendo cosas nuevas.
    Ahora ha salido una normativa europea que, a partir del 2015, todos los que trabajemos en residencias, debemos tener exclusivamente el FP de socio sanitario.Da igual si tienes la carrera de enfermería, si no tienes ese FP en concreto, no puedes trabajar allí.
    También existe la posibilidad de poder conseguir una convalidación del título por tus años de trabajo y formación que hayas podido realizar en tu tiempo libre, pero para eso, tienen que sacar convocatorias donde tienes que presentar todo lo que tengas junto con cientos de personas igual de interesadas que tú. Como va por puntos, quien más tenga será el que se quede con una de las plazas.
    Quién no tenga una cosa u otra, se quedará sin trabajo...
    ¿Qué os parece?
    Estoy completamente de acuerdo con todo lo que se dice en el artículo ya que he comprobado con los años que en mi trabajo, da igual la cantidad de estudios que tengas ( que siempre ayuda, claro), que si no es vocacional, no sirves!

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  8. Me siento dividido tras leer este excelente post. Esto es lo primero que quería decir: es excelente.
    Me parece que arrancas de un presupuesto absolutamente indiscutible: todos conocemos a verdaderos pozos de sabiduría que utilizan su formación no siempre del mejor modo, y conocemos a personas analfabetas o analfabetas funcionales que dan lecciones cada día que pasa.
    Sin embargo, me parece que la formación es algo esencial, pero, ojo, no por alcanzar un título (o 16) que colgar en un despacho para impresionar a los clientes, sino porque una formación -cuando se obtiene de verdad, es decir, no cuando se compra el título o se estudia sólo para aprobar- será un cimiento sobre el que poder ejercer una tarea. A veces creo que es imprescindible la formación, para poder echar por tierra lo que te han enseñado.
    Además, para según qué cosas -por ejemplo literatura o pintura o escultura- poseer la formación adecuada puede ayudar a evitar algunos errores.
    Sin embargo, y ahí te doy la razón al 1.000 por 100, el riesgo del estreñimiento creativo que pueden provocar las "academias" es evidente. Como escribió el poeta Carlos Marzal: soy poeta a pesar de haber estudiado Filología.

    Por otra parte, si un NO titulado en determinada empresa, pone más pasión que un titulado y ofrece soluciones más creativas, es que algo no funciona, porque me parece que la originalidad y la pasión -desde el ámbito de lo privado, digo- no deberían tener que ver con esa titulación.

    Y por último, estoy de acuerdo con la aportación de Isabel. Acaso por el afán de evitar el intrusismo laboral -algo sacrosanto para los burócratas de la UE-, vamos a terminar por pedir el título en taladrador de paredes para instalar un cuadro...
    Por cierto, eso me recuerda que no tengo taladro... ni martillo.

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