06 abril, 2014

¿Y a mí…quién me protege como mecenas?

Eliminadas casi por completo las subvenciones a los proyectos culturales y también la posibilidad de su financiación por parte de las entidades bancarias, pocos son los caminos que le quedan a los creadores, artistas y promotores culturales para emprender nuevos proyectos artísticos y culturales. Siempre ha sido complicado estrenar una película, obra de teatro, musical, editar un libro, festival... pero ahora, en época de crisis, es casi una labor de héroes. Y es en este escenario donde ha nacido el crowdfunding. Una especie de nueva figura del mecenas.




Creo que a ésta altura de la vida ya casi todos sabemos que es el crowdfunding, una especie de micromecenazgo, también denominado financiación masiva. Algo parecido a una cooperación colectiva, llevada a cabo por personas que crean una red para conseguir dinero u otros recursos, para llevar a cabo algún tipo de proyecto, empresa u objetivo, que va desde la gira de un grupo musical, una campaña política, un acto benéfico... y otras cosas inimaginables. Consulta aquí algunas. Es en el crowdfunding en donde han tenido que venir a beber muchos artistas y creadores.


Todo fantástico, pero quería ir un poco más allá y plantear:
¿quién me protege como mecenas?
He participado en dos ocasiones ya como mecenas de algún proyecto. Evidentemente como micromecenas, cantidades que en ambos mecenazgos no pasaron de
los cien euros. Y en los dos casos la experiencia no ha sido completamente satisfactoria. En el primero de ellos lo que me llegó no correspondía ni de lejos con lo que ofrecían. La calidad dejaba mucho que desear. No así como me lo vendieron. Apuntaban muy alto y no cumplieron las expectativas que provocaron. Y el segundo caso era la realización de un cortometraje. Han transcurrido ocho meses y no he vuelto a saber nada. Me pongo en contacto con los promotores y no responden. Han desaparecido. Cero noticias.

Matar a la gallina de los huevos de oro.
Afortunadamente este tipo de experiencia o comportamientos, según me cuentan responsables de algunas plataformas de crowdfunding no se suelen dar. Pero cada día nos levantamos con una nueva noticia de estafas y timos y a mí, siento que sea así, inmediatamente me viene a la cabeza Gescartera, las Preferentes, la estafa del Forum Filatélico, Afinsa y la increíble estafa piramidal de Bernard Madoff.

Si este tipo de comportamiento se extiende, hundiremos ésta nueva tabla de salvación que tiene la cultura para que sus proyectos puedan salir adelante. Los mecenas perderán la confianza y serán más reticentes a colaborar y a financiar nuevas propuestas. Y es que aquí todo el mundo se lava las manos. Las plataformas de crowdfunding, que cada día son más, se eximen de cualquier responsabilidad. Estos días he tratado de leer la letra pequeña de algunas de ellas y simplemente se presentan como meros portales de internet que facilitan la difusión de propuestas y proyectos que buscan mecenazgo y financiación. Recaudan y punto. No tienen ninguna obligación, ni compromiso de que el dinero recaudado se emplee para el objetivo por el que se solicitó.

¿Qué sucederá en un futuro cercano?
Que los pequeños micromecenas, mi caso, jamás vamos a emprender acciones legales, ni reclamaciones, pues no te salen las cuentas de meterte en pleitos y demandas por estas pequeñas cantidades. Que saldremos huyendo como gatos escaldados. Que los verdaderos perjudicados serán los nuevos proyectos y también las plataformas de crowdfunding, que tienen su negocio alrededor de esta actividad. En definitiva LA CULTURA.

Como anécdota te diré que un particular, Cayo Cilnio Mecenas, cobró tanta fama como protector de las artes en la antigua Roma, que su nombre pasó a designar tal función social.

Me gustaría que me contaras si tienes alguna experiencia con el crowdfunding y si tienes alguna solución para una posible protección de los mecenas.

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